En un movimiento que huele a desesperación autoritaria, el presidente Gustavo Petro ha impulsado un proyecto de ley para convocar una Asamblea Nacional Constituyente, un mecanismo que evoca los peores recuerdos del chavismo venezolano. Mientras el Congreso colombiano debate esta bomba de tiempo constitucional, Diosdado Cabello, el todopoderoso número dos del régimen de Maduro, lanza amenazas veladas contra opositores en el exilio, prometiendo que «se va a acabar el recreo». Y como si de una farsa se tratara, Nicolás Maduro irrumpe con un video en inglés suplicando «paz, no guerra», en un intento burdo de lavado de imagen ante las crecientes tensiones con Estados Unidos. ¿Coincidencia? O más bien, el engranaje de una izquierda regional que erosiona las instituciones democráticas bajo el manto de la ‘reforma’.
El presidente de Colombia, Gustavo Petro, ha encendido las alarmas en el espectro político nacional e internacional tras confirmar su intención de proponer al Congreso una Asamblea Constituyente. La medida, que busca modificar la Carta Magna de 1991, ha generado un intenso debate y ha suscitado comparaciones con los movimientos que, en su momento, permitieron a Hugo Chávez consolidar su poder en Venezuela.
La propuesta, según el Ejecutivo, busca «profundizar la democracia» e implementar las reformas sociales que han encontrado resistencia en el Legislativo. Sin embargo, la oposición teme que sea un paso hacia la concentración de poder y la anulación de contrapesos institucionales.
«Lo que el presidente Petro está proponiendo es una ruta peligrosa. La historia reciente de la región nos enseña que las Constituyentes, bajo ciertas figuras, son el caballo de Troya para desmantelar la democracia y perpetuarse en el poder,» declaró un influyente líder de la oposición colombiana.
Escalada de tensión: Diosdado Cabello amenaza a opositores fuera de Venezuela
En un hecho que complica aún más el panorama regional, el alto cargo venezolano Diosdado Cabello ha emitido declaraciones de una gravedad inusitada. Cabello, considerado uno de los hombres más poderosos del régimen chavista, lanzó una amenaza directa contra los opositores venezolanos que se encuentran en el exilio.
Las palabras del dirigente sugieren que la persecución y las acciones en contra de la disidencia no se limitarían al territorio venezolano, abriendo la posibilidad de ataques o intimidación contra ciudadanos venezolanos en otros países.
- La comunidad internacional ha condenado estos dichos, tildándolos de «actos terroristas» y exigiendo garantías de seguridad para los exiliados. Se teme por la seguridad de miles de personas que huyeron de Venezuela buscando protección.
Contraste mediático: el vídeo de ‘Paz’ de Maduro en inglés
Mientras su aliado, Diosdado Cabello, aviva la llama de la confrontación, el presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, ha intentado proyectar una imagen diametralmente opuesta.
Maduro difundió un vídeo en redes sociales donde, de manera inusual, pide «peace» (paz) en idioma inglés. El mensaje, dirigido a una audiencia internacional, parece ser un esfuerzo por suavizar la percepción del régimen. Este intento de «lavado de imagen» tiene como objetivo principal aliviar la presión de las sanciones y mostrar una disposición al diálogo que, en la práctica, choca con las acciones de su gobierno. ¿Paz? Es la misma retórica que usó Chávez antes de radicalizarse. El debate es ineludible: ¿aceptamos que líderes como Petro y Maduro usen la «paz» como cortina de humo para su autoritarismo?
El empuje constituyente de Petro no es reforma, sino riesgo refundacional que podría importar el modelo chavista a Colombia, agravado por las amenazas de Cabello y la farsa pacifista de Maduro. La sociedad civil debe movilizarse: no más experimentos que terminen en éxodos masivos.






